viernes, 9 de noviembre de 2012

espero (benedetti)



te espero cuando la noche se haga día,
suspiros de esperanzas ya perdidas.
no creo que vengas, lo sé,
sé que no vendrás.
sé que la distancia te hiere,
sé que las noches son más frías,
sé que ya no estás.
creo saber todo de ti.
sé que el día de pronto se te hace noche:
sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices,
sé que soy un idiota al esperarte,
pues sé que no vendrás.
te espero cuando miremos al cielo de noche:
tu allá, yo aquí, añorando aquellos días
en los que un beso marcó la despedida,
quizás por el resto de nuestras vidas.
es triste hablar así.
cuando el día se me hace de noche,
y la luna oculta ese sol tan radiante.
me siento sólo, lo sé,
nunca supe de nada tanto en mi vida,
solo sé que me encuentro muy sólo,
y que no estoy allí.
mis disculpas por sentir así,
nunca mi intención ha sido ofenderte.
nunca soñé con quererte,
ni con sentirme así.
mi aire se acaba como agua en el desierto.
mi vida se acorta pues no te llevo dentro.
mi esperanza de vivir eres tu,
y no estoy allí.
¿por qué no estoy allí?, te preguntarás,
¿por qué no he tomado ese bus que me llevaría a ti?
porque el mundo que llevo aquí no me permite estar allí.
porque todas las noches me torturo pensando en ti.
¿por qué no solo me olvido de ti?
¿por qué no vivo solo así?
¿por qué no solo...

¿para qué me alcanza?...



me eché a volar… mi corazón salió de mi pecho, confuso y apasionado. te amo tanto. te amo tanto que sigo aquí. tan solo quisiera que todo comenzara de nuevo, que esta vez fuera de verdad. que ambos lo intentáramos. sólo quisiera estar contigo, amarte, que me ames y ya.
te amo tanto, tanto… por favor, regresa a mí, con el corazón entero y entregado.

aún no entiendo por qué te busqué aquel día. si, había bebido demasiado, no lo estoy negando, pero no más ni menos que muchas tantas ocasiones similares en el último año. no, ese fue el pretexto vano, corriente, que me permitió justificar mi llamada, nuestro encuentro. no, no entiendo por qué te busqué… estuve extrañándote, añorándote mucho más en otras ocasiones, en largas agonías que me quitaban el aliento, que me ahogaban en el llanto y la desesperación. ese día, fue un día cualquiera, un día feliz, comparado con aquellos en que mi ilusión más grande era verte, en los que mi mayor consuelo era morir de amor, asfixiada por el vacío de ti. 

te busqué porque, a pesar de que ya no te extrañaba tanto, aunque si a diario, la espera acumulada, la impaciencia por verte fue mayor a mis fuerzas. intento ser sincera sin vanagloriarme de este amor ingrato, sin caer en la tentación de ensalzar mis palabras, de modo que mi amor por ti exalte el tuyo. 

te busqué extrañándote, ansiosa de verte, respirarte, sentir tus manos cálidas sobre mi rostro, cubriendo, envolviendo, acariciando, trenzando las mías.

te busqué porque los recuerdos, las canciones, los aromas, las palabras dichas, las sonrisas y el amor me abrumaron; porque en un solo instante, todo el amor sentido, toda la angustia presente se volcaron en mí. 

no me alcanza con todo este amor que te tengo; aunque me haya quedado sin suficiente para mí, no me alcanza para despertar tu cariño, no me alcanza para estar junto a ti ¿para qué alcanza mi amor?, hazme una oferta, por favor, que me muero de nuevo, sólo dame un poquito de vida, sólo déjame estar junto a ti. 

¿para qué me alcanza este amor que siento por ti?... ¿a qué aspiro, qué puedo soñar, a cuánto de ti?… ¿tendré tus ojos, una mirada?; ¿tendré tus labios, tu sonrisa o tus besos?; ¿me alcanza para tus manos, para tus caricias, para tu cuerpo?; ¿podré, al menos, tener un pequeño lugar en tu memoria, o siquiera ocupar un lugar pequeñito en tu corazón?... 

… uno chiquito, en el que quepan mis risas, en el que me cobije tu voz, en el que quepan mis pasos que van a tu lado… un lugarcito, tan pequeño, que mi ego no tenga cabida, en el que me pueda entregar a ti sin reservas; 

¿para qué me alcanza este amor que siento?... ¿puedo tener un poquito de ti?, no mucho, sólo que alcance para siempre.