¿morir de amor?...
como si fuera posible morir de otra cosa.
porque me faltas, porque te sobro,
porque un descuido me dejó de lado.
arranqué la página,
intenté borrarte (una y otra vez).
con la mano derecha limpiaba mis lágrimas,
com la izquierda me aferraba a ti.
ya no tengo fuerzas para sufrirte, ni para olvidarte
(no quiero, no puedo... deshacerte de mí).
callé mis temores demasiado tiempo,
me alcanzaron mis miedos...
me alejé de ti.
escribo de noche, con ojos cerrados, a medio día...
en la rutina de un día de trabajo, mientras voy a misa.
a veces, me descubro escribiéndote mientras habito a otro,
(mientras te extraño, mientras te olvido).
me voy alejando con besos, con llanto, caricias y miedos...
de este ingrato amor que me destroza, me abate, me somete,
me acaba, me humilla, me lacera y aniquila.
intento, intento... muero en el intento de vivir sin ti.
me obligo a escribirte, a sacar todo el amor que hay en mí.
búscame, si quieres... por favor, no me encuentres.
[14.11.12]
Porque vivo entre sueños y siempre despierta, confundiendo mis relidades y emociones, intentando evadir la madurez y regresando al punto de inicio.
lunes, 17 de diciembre de 2012
viernes, 9 de noviembre de 2012
espero (benedetti)
te espero cuando la noche se haga día,
suspiros de esperanzas ya perdidas.
no creo que vengas, lo sé,
sé que no vendrás.
sé que la distancia te hiere,
sé que las noches son más frías,
sé que ya no estás.
creo saber todo de ti.
sé que el día de pronto se te hace noche:
sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices,
sé que soy un idiota al esperarte,
pues sé que no vendrás.
te espero cuando miremos al cielo de noche:
tu allá, yo aquí, añorando aquellos días
en los que un beso marcó la despedida,
quizás por el resto de nuestras vidas.
es triste hablar así.
cuando el día se me hace de noche,
y la luna oculta ese sol tan radiante.
me siento sólo, lo sé,
nunca supe de nada tanto en mi vida,
solo sé que me encuentro muy sólo,
y que no estoy allí.
mis disculpas por sentir así,
nunca mi intención ha sido ofenderte.
nunca soñé con quererte,
ni con sentirme así.
mi aire se acaba como agua en el desierto.
mi vida se acorta pues no te llevo dentro.
mi esperanza de vivir eres tu,
y no estoy allí.
¿por qué no estoy allí?, te preguntarás,
¿por qué no he tomado ese bus que me llevaría a ti?
porque el mundo que llevo aquí no me permite estar allí.
porque todas las noches me torturo pensando en ti.
¿por qué no solo me olvido de ti?
¿por qué no vivo solo así?
¿por qué no solo...
suspiros de esperanzas ya perdidas.
no creo que vengas, lo sé,
sé que no vendrás.
sé que la distancia te hiere,
sé que las noches son más frías,
sé que ya no estás.
creo saber todo de ti.
sé que el día de pronto se te hace noche:
sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices,
sé que soy un idiota al esperarte,
pues sé que no vendrás.
te espero cuando miremos al cielo de noche:
tu allá, yo aquí, añorando aquellos días
en los que un beso marcó la despedida,
quizás por el resto de nuestras vidas.
es triste hablar así.
cuando el día se me hace de noche,
y la luna oculta ese sol tan radiante.
me siento sólo, lo sé,
nunca supe de nada tanto en mi vida,
solo sé que me encuentro muy sólo,
y que no estoy allí.
mis disculpas por sentir así,
nunca mi intención ha sido ofenderte.
nunca soñé con quererte,
ni con sentirme así.
mi aire se acaba como agua en el desierto.
mi vida se acorta pues no te llevo dentro.
mi esperanza de vivir eres tu,
y no estoy allí.
¿por qué no estoy allí?, te preguntarás,
¿por qué no he tomado ese bus que me llevaría a ti?
porque el mundo que llevo aquí no me permite estar allí.
porque todas las noches me torturo pensando en ti.
¿por qué no solo me olvido de ti?
¿por qué no vivo solo así?
¿por qué no solo...
¿para qué me alcanza?...
me eché a volar… mi corazón salió
de mi pecho, confuso y apasionado. te amo tanto. te amo tanto que sigo aquí.
tan solo quisiera que todo comenzara de nuevo, que esta vez fuera de verdad.
que ambos lo intentáramos. sólo quisiera estar contigo, amarte, que me ames y
ya.
te amo tanto, tanto… por favor,
regresa a mí, con el corazón entero y entregado.
aún no entiendo por qué te busqué
aquel día. si, había bebido demasiado, no lo estoy negando, pero no más ni
menos que muchas tantas ocasiones similares en el último año. no, ese fue el
pretexto vano, corriente, que me permitió justificar mi llamada, nuestro
encuentro. no, no entiendo por qué te busqué… estuve extrañándote, añorándote
mucho más en otras ocasiones, en largas agonías que me quitaban el aliento, que
me ahogaban en el llanto y la desesperación. ese día, fue un día cualquiera, un
día feliz, comparado con aquellos en que mi ilusión más grande era verte, en
los que mi mayor consuelo era morir de amor, asfixiada por el vacío de ti.
te busqué porque, a pesar de que
ya no te extrañaba tanto, aunque si a diario, la espera acumulada, la
impaciencia por verte fue mayor a mis fuerzas. intento ser sincera sin
vanagloriarme de este amor ingrato, sin caer en la tentación de ensalzar mis
palabras, de modo que mi amor por ti exalte el tuyo.
te busqué extrañándote, ansiosa
de verte, respirarte, sentir tus manos cálidas sobre mi rostro, cubriendo,
envolviendo, acariciando, trenzando las mías.
te busqué porque los recuerdos,
las canciones, los aromas, las palabras dichas, las sonrisas y el amor me
abrumaron; porque en un solo instante, todo el amor sentido, toda la angustia
presente se volcaron en mí.
no me alcanza con todo este amor
que te tengo; aunque me haya quedado sin suficiente para mí, no me alcanza para
despertar tu cariño, no me alcanza para estar junto a ti ¿para qué alcanza mi
amor?, hazme una oferta, por favor, que me muero de nuevo, sólo dame un poquito
de vida, sólo déjame estar junto a ti.
¿para qué me
alcanza este amor que siento por ti?... ¿a qué aspiro, qué puedo soñar, a cuánto
de ti?… ¿tendré tus ojos, una mirada?; ¿tendré tus labios, tu sonrisa o tus
besos?; ¿me alcanza para tus manos, para tus caricias, para tu cuerpo?; ¿podré,
al menos, tener un pequeño lugar en tu memoria, o siquiera ocupar un lugar
pequeñito en tu corazón?...
… uno
chiquito, en el que quepan mis risas, en el que me cobije tu voz, en el que
quepan mis pasos que van a tu lado… un lugarcito, tan pequeño, que mi ego no
tenga cabida, en el que me pueda entregar a ti sin reservas;
¿para qué me
alcanza este amor que siento?... ¿puedo tener un poquito de ti?, no mucho, sólo
que alcance para siempre.
lunes, 16 de julio de 2012
Sin respuesta
Hola,
Supongo que ya han pasado demasiados meses (ocho para ser precisos), y parece
bastante estúpido que te escriba ahora, que no te haya contestado hace meses, que no agradeciera a tiempo tu
correcta felicitación de cumpleaños... sin embargo, lo que para mí es estúpido
es que "esto" haya terminado.
¡Ya
sé...! Pasaron ocho meses y no exste ningún motivo para que aún te extrañe, y aunque generalmente no
recuerdo con exactitud lo que estoy extrañando, la verdad es que es a
tí, tu cercanía, lo que representabas para mí.
¡Fueron dos años!, dos años que estuvimos juntos sin estarlo... y durante los cuales te amé todo el tiempo, ¿mientras que tú?...
sólo estuviste a mi lado.
No habría habido nada que no hiciera por ti,
¿sabes?... cualquier cosa. Pasé dos años de mi vida reconstruyéndome, intentando ser
cualquier cosa que tú estuvieras esperando. Me transformé por ti...
Probablemente ahora soy nadie... no soy yo, ni lo que tu esperabas. Me
quedé a la mitad del camino, totalmente perdida: sin tenerte y sin hallarme.
Yo
sé que eso es totalmente mi culpa y responsabilidad; tu no me pediste
nada, no intencional o directamente... pero me transformaste. Todas tus
exigencias, todas tus críticas hicieron mella en mí, me desmoronaron.
Lo
peor es que, después de todo, lo único que lamento es que no
estemos juntos.
Te amo, ¿sabes?... Te amo y probablemente en unos meses
más ya no me importe estar contigo, pero te voy a amar siempre, porque
así soy yo; porque mi forma de sentir no es estacional o resultado de mis
desórdenes emocionales y psicológicos. Aunque te repetí muchas veces que te
quería, racionalmente, mentí ¿sabes?... porque te amo, y cada vez que
deseaba decirlo lo único que me detenía era ahuyentarte... que mi amor
por ti fuera más de lo que pudieras manejar.
Aún
creo que te amé demasiado. Te amo más de lo que mi corazón soporta y
mucho más de lo que tu imaginas. Te amo tanto que te dejé ir porque eso
fue lo que quisiste. Te amo tanto que no me morí de desamor, aunque
sólo eso quería, para poder seguir sintiendo este amor por ti.
¡Tengo
tantos recuerdos! (más míos que tuyos) ¿Quizás tu no recuerdes nada?...
nuestras pláticas de política, las depresivas... sobre la vida o tu trabajo; cuando intentaba analizarte (en un vano intento por comprender
por qué no me querías); cuando caminábamos de la mano, o me visitabas en
mi oficina; todos nuestros sobre nombres; tus chistes y mi llanto;
nuestras borracheras, las pésimas personas que fuimos cuando estábamos
ebrios; las llamadas telefónicas; los partidos de futbol; nuestras
salidas a cenar y los desayunos que te preparaba... los sándwiches; las
peleas y los dramas; nuestros besos, los fines de semana, tus ronquidos...
cada uno de tus gestos.
Quiero
agradecerte por el intermitente tiempo que estuvimos juntos; por que en
algún grado, no sé qué tan menor o mayor, lo intentaste. Al final fue
justo lo que debió ser, tal vez incluso más de lo debido, temo que tal
vez sería mejor que nunca hubiéramos sido, pero bueno...
Pues
sí, voy a seguir esperando que regreses, y casi tengo la certeza de que
lo harás (cuando te des cuenta que te amaba) y aunque suene trillado,
lamento de antemano que cuando esto pase ya no podremos estar juntos, yo
te seguiré amando pero también seré una nueva persona (o una versión
diferente de mí) y entonces estar juntos no será una opción.
No
sabes cuantas veces recé y le rogué a Dios estar a tu lado;
cómo le pedí que aunque me tuviera destinado algo diferente o quien me
hiciera más feliz, yo renunciaba a todo por estar contigo. Lloré en cada
iglesia que visité en los dos últimos años suplicando insistentemente que
estuviéramos juntos. Si Dios no lo quiso así, seguramente tuvo motivos
más importantes que mi egoísta amor por ti.
Sigo
enamorada de ti, y seguiré pensando que eres el hombre más perfecto
para mí en el mundo, por cada pequeño detalle que te hace ser tu mismo y que
yo valoro infinitamente, pero si yo no soy perfecta para ti, nada de
esto está en mis manos... yo hice todo lo que pude, de eso no puedo
lamentarme.
Sé
que vas a estar con la persona que deseas tanto, la que construiste en
tu cabecita y, al parecer, es tan simple y especial que mi extrañeza no
embonaba. Lo que no sé es si yo tendré de nuevo la voluntad para amar y estar con
alguien como lo estuve contigo... espero que no.
Ojalá nunca vuelva a amar
así, ojalá nunca idealice tanto a otra persona y le de tanto amor que me
quede sin suficiente para mí. Ojalá que la vida no se me vuelva a ir
por alguien más. Ojalá que aprenda lo suficiente esta vez como para no
repetirlo. Ojalá que algún día tu puedas sentir un poquito de lo que yo
sentí y comprendas una fracción del amor que yo tuve que contener por
miedo a que no lo pudieras soportar, como pasó al final.
Ojalá halles a esa súper mujer que reúna tus expectativas; aunque más
bien espero que te despojes de todos o la mayoría de los miedos que te
impiden amar, que te alejan de quienes te quieren, que se interponen
entre lo que necesitas y lo que deseas. Al final, yo seguiré siendo yo,
de nuevo... y volveré a enamorarme y a ser feliz por un intermitente o
eterno momento.
Te deseo toda la felicidad que habría deseado para
nosotros, tu parte... te deseo la mitad.
Apuntes
Después de la ruptura, el abandono.
Después de tí, yo, la soledad.
1 de febrero de 2012
Desde que no quiero
saber de ti, mejor no escribo. Estoy tan empeñada en la tarea absurda e
imposible de olvidarte que evado cada oportunidad de enunciar tu nombre, mentalmente,
sensorialmente, nostálgicamente.
Voy a olvidarte,
aunque implique perderme para no hallarte. Voy a dejar de ahogarme en el
llanto interminable y martirizarme temblando por la angustia que me causa no
tenerte. Voy a morir, si es preciso, con
tal de no morir por ti.
Estoy temblando, de
dolor y rabia, por quererte y extrañarte, por no ser capaz de olvidarte.
Me voy a refugiar en
este llanto para no volver a abrir los ojos intentando verte de nuevo. Me voy a
cubrir de dolor, para que mis lamentos no traspasen y corran con el viento implorando
tu nombre... suplicando que regreses.
7 de febrero de 2012
Perdida la llave del
hotel (el vacío consagrado al espacio, a la luz, al frío de tu compañía).
Perdida la historia entre nosotros, la muerte lenta que intranquila mi sueño y
se prende de mí, desmoronándome.
Perdida yo (entre los recuerdos), perdida
entre las olas que maldicen mi vida y marchitan mi cuerpo.
Me redescubro en el
reflejo, con mis ojos llorosos y la presión en el pecho. Mi desnudez me
enmudece y causa escalofríos la maldita habitación desierta, el murmullo que
imagino, los recuerdos que invoco.
Te has reflejado en mí. Me asusta tu imagen
cada vez que me miro al espejo, perdida, nostálgica, embrutecida.
9 de febrero de 2012
Ya ni siquiera me consuela quererte en soledad, cuando lo que tengo solo el desgastado sentimiento de
la cotidianeidad.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)